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Coleccionismo de vinos: emoción y revalorización Coleccionismo de vinos: emoción y revalorización

Coleccionar es un hecho histórico e inherente a la dimensión social del ser humano. Su afán nace, en parte, de la ambición por el conocimiento y la curiosidad; también por una forma de prestigio individual que se basa en la constancia y en la capacidad de adquisición. En la esfera vinícola, el coleccionismo alcanza, además, una dimensión más mística, enraizada a la profundidad de los elementos esenciales que rodean la vid: la tierra, el agua y el aire.

Por Cèlia Rodríguez, 18 oct 2022 3 minutos de lectura

¿Cómo iniciarse en el coleccionismo de vinos?

Desde el suelo y de la viña hasta nuestra bodega personal existe un largo recorrido. Por él transitan manos expertas, los gustos individuales y muchos otros aspectos que acaban influyendo en nuestra elección. 

Lo que de partida es esencial para convertirse en coleccionista de vinos es sentir curiosidad, tener sensibilidad y querer dedicarle algo de tiempo. De hecho, el tiempo es importante en sus tres vertientes. Hace falta tomarnos el tiempo para probar vinos diferentes: es una cuestión de largo plazo y de construir una memoria sensorial que nos permita entender mejor nuestros propios gustos y prioridades en cuanto a vinos y destilados.

Interior de una bodega subterránea. Coleccionismo de vinos.
Créditos: Mario La Pergola - Unsplash

Asimismo, debemos tomarnos el tiempo para degustarlos: entender un vino es dedicarle un tiempo adecuado para catarlo, saborearlo, apreciarlo. Y, por supuesto, debemos esperar el tiempo necesario para disfrutar: saber guardar un vino y aguardar a su momento de apogeo y esplendor es básico si queremos entender su valor a la perfección.

Hay otro hecho que puede marcar la diferencia en nuestra faceta de coleccionismo: un asesoramiento adecuado con el que aprender y abrirse a descubrir. Para Insolity es uno de los ejes centrales y  por ello contamos con un consultor-sommelier: su experiencia y conocimientos puede ayudar a orientar tanto a amantes como a coleccionistas con selecciones pensadas para complacer los gustos personales y la capacidad patrimonial que se desee adquirir.  

¿Por dónde empezar?

Lo más probable es que empecemos por vinos o regiones que ya conocemos: Rioja o Ribera del Duero son un buen punto de inicio para empezar a coleccionar vino español. Y si se trata de nombres concretos, Vega Sicilia, Viña Tondonia, Bodegas Pujanza o —en una D.O más pequeña como es el Empordà— Terra Remota, van a ser algunas de las bodegas que no faltarán en una colección referente.

Pero, ¿qué tal seguir explorando nuevos territorios? Ya sea dentro o fuera de nuestras fronteras, un factor para ir sobre seguro cuando queramos adentrarnos en otras regiones es el prestigio: las grandes denominaciones de Burdeos y Borgoña son siempre una elección segura tanto en lo que refiere a disfrute gastronómico como en potencial de revalorización. Son vinos de grandes Châteaux o Domaines cuya profundidad, historia, prestigio y valor los convierte en verdaderas joyas líquidas de nuestra colección personal. 

Básicos que no fallan

En nuestro armario, así como en nuestra despensa, hay básicos que nunca falla. En el mundo del vino ocurre lo mismo. Las casas más prestigiosas del mundo como Petrus, Lafite Rothschild o Cheval Blanc son una adquisición segura. Eso sí: hay una alta demanda y las botellas disponibles son escasas.

Si se trata de nuestros primeros pasos en el coleccionismo, La Fleur-Pétrus, Pichon Baron, Palmer o Cos d’Estournel se posicionan como referencias totalmente adecuadas de acceso al coleccionismo.   

Por otro lado, aún en Francia, Borgoña acapara ahora mismo las miradas de coleccionistas e inversores, de modo que casas como Louis Latour se han convertido en nombres imprescindibles y muy codiciados dentro del coleccionismo.

Prestigio internacional

Más allá de Francia, podemos ir a Italia, con dos nombres clave como Gaja y Sassicaia o adentrarnos incluso en el fascinante mundo de los rieslings de la mano de dos bodegas alemanas con una gran y merecida fama mundial: Markus Molitor y Künstler.  

Y, por supuesto, sea de un país u otro, un vino que cuente con una buena reputación gracias a las buenas críticas por parte de las guías y revistas de referencia siempre se convertirá en objeto de deseo para el coleccionismo.

Una puerta abierta al coleccionismo de vino
 Créditos: Eric Zeziola y Maison Champagne Roederer

¿Cuándo empezar?

Siempre es un buen momento para iniciarse en el placer de coleccionar vinos porque, además de aportar una garantía de revalorización, nos promete momentos de goce organoléptico y gastronómico. Sin embargo, existe un momento cumbre a lo largo del año para iniciarse en el coleccionismo: la campaña en Primeurs, que se abre los meses de abril y mayo. 

En Primeurs es una modalidad de compra a la avanzada procedente de Burdeos que consiste en adquirir Grandes Vinos antes de su embotellado. Este sistema permite conseguir botellas de producción muy limitada y altísima demanda a un precio menor. 

Son las etiquetas que representan el 1% de los mejores terroirs del mundo y cuyo valor, cuando salgan a mercado, ya habrá incrementado entre un 10% y un 25% en el caso de algunas etiquetas. Luego, cuando ya estén circulando, la media anual de revalorización sigue subiendo entorno a entre el 4% y el 8%, convirtiendo el coleccionismo de vino en un espacio con una doble dimensión: inversión y disfrute.

¿Qué aspectos tener en cuenta?

Al margen de todo lo expuesto, se trata en todo caso de considerar ciertos aspectos básicos y fundamentales para que un vino pueda considerarse de colección. Desde el punto de vista técnico, que sean vinos tánicos en el caso de los tintos o con un óptimo contenido de azúcar en el caso de los blancos —ello les permitirá envejecer bien—; que hayan pasado por una crianza en barrica y puedan así evolucionar favorablemente; y —sobre todo— que estén garantizados el origen y las condiciones de conservación de la botella: sin unas buenas condiciones de guarda, no es posible mantener una colección con todas las garantías. 

Por este motivo Insolity ha ideado un lugar como la Crypta, que próximamente estará a disposición de nuestros clientes como un espacio pionero en España de custodia de vinos y destilados bajo la máxima seguridad y perfectas condiciones de conservación.  

Disfrutar de vinos de colección
Créditos: Insolity

¿Cuándo disfrutar de un vino de colección?

Ahora llega el momento más delicado, en realidad. Tienes una botella. Le tienes un inmenso cariño y la guardas para una ocasión especial. ¿Te decides ya y la abres? Esperar el momento preciso y tener las dosis de paciencia necesarias es una virtud esencial para los vinos de colección y guarda. Pero, llegado el momento, esta espera culminará en un descubrimiento y en conectar con una historia que se inició en un viñedo años atrás, continuó en la tranquilidad de nuestras bodegas personales y finaliza en nuestras copas colmando expectativas y generando recuerdos.

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Cèlia Rodríguez
Cèlia Rodríguez

Responsable de Comunicación en Insolity. Trabajando en el cada día sorprendente sector del vino y los destilados desde 2008. 

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