

El Château de Carles es considerado como el cru tradicional de la finca y representa el resultado de una búsqueda constante por crear un vino disfrutable desde su juventud, resaltando una fruta crujiente y fresca. Su textura sedosa en el paladar y sus taninos delicados y suaves contribuyen a perfilar un estilo decididamente moderno dentro de la denominación Fronsac. Destaca también por su accesibilidad en el extremo superior de la gama de vinos de Burdeos, lo que no impide que sea un vino que pueda guardarse durante una generación.
”Los aromas cautivadores de este vino se desprenden de la copa, revelando notas de tabaco, tierra y frutos negros del bosque. Aunque estos aromas intensos podrían sugerir un vino tánico y agresivo, sorprende gratamente con su suavidad y elegancia en boca. Sus taninos son delicados y su entrada es refinada, desafiando las expectativas previas.