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Se trata de una práctica originada en Francia que cuenta con numerosas ventajas tanto para el comprador como para el productor; un sistema que ha ganado romanticismo con los años y cuyo mayor atractivo es su producto final: el vino, un líquido vivo que muy raramente pierde valor, característica por la que comprar en Primeurs es especialmente interesante. No obstante, para entender la relevancia de esta modalidad de compra, deberemos primero conocer su origen.

Créditos: Pexels. Foto de Niki Nagy

La Place de Bordeaux: el ayer y el hoy de en Primeurs

Nos trasladamos a la plaza de Burdeos, en Francia, donde las bodegas venden sus vinos, desde hace siglos, a un grupo reducido de intermediarios -négociants- que, luego, se encargan de distribuir y vender los Grandes Vinos a terceros. Se trata de una figura que va más allá de lo comercial, pues se encarga de custodiar la reputación de la bodega controlando a quién vende y cuántas botellas. Suele incluso establecerse una relación de confianza bodega-négociant, tratando a este como a un representante.

Por qué comprar en Primeurs

Si bien la venta de vinos en Primeurs es un evento de talla mundial y mueve a tantos entendidos del sector, lo natural es preguntarse por qué. Para desgranar sus principales ventajas, empezaremos recalcando que comprar en Primeurs es tener acceso a vinos premium al mejor precio del mercado. Así pues, como amante de los grandes vinos o coleccionista, la primera razón para comprar en Primeurs es económica.

El precio.

Recordemos que, por la naturaleza de este sistema -a la avanzada- obtenemos las botellas al mejor precio posible, pues incrementaran su valor en el mismo momento en que salen al mercado. Además, se trata de productos limitados y de gran prestigio cuyo precio tiende a incrementarse entre un 4 y un 8 % cada año. Dos años después de su salida a la venta pública, prácticamente siempre hay un incremento importante de entre un 15% a un 25%.

La exclusividad.

Otro gran motivo es la exclusividad. Los vinos que se venden a la avanzada suelen contar con una producción muy limitada -representan el 1% de los mejores terroirs del mundo - y gran parte de ella se vende en Primeurs. De esta manera, nos aseguramos un cupo de vinos muy escasos: estamos obteniendo un bien finito, valioso y que aumenta su valor con el tiempo y según se consumen las demás; cada botella que se descorcha incrementa el valor del resto.

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La trazabilidad.

La trazabilidad también es importante. Garantizar que el vino proviene directamente del Château, intacto y auténtico. Lamentablemente, el vino es un producto con el que se especula a menudo, así que comprarlo en el origen es siempre garantía de calidad y autenticidad. En Insolity, contamos con relación directa con las bodegas, que nos envían directamente sus productos a nuestros almacenes, con todas las garantías.

Crear una bodega, aumentar un patrimonio.

En Primeurs también es un legado. Un enfoque romántico para quienes quieran ir aumentando su bodega y, con los años, disponer de la botella perfecta para una ocasión especial. Una bodega personal siempre representa un patrimonio, pero, además, ¿no le gustaría tener el vino de la boda de un hijo, o la botella con la que celebrará su jubilación? Adquirir Grandes Vinos para guardar le permite eso, y mucho más.

Créditos: M. Chapoutier

Comprar en Primeurs como inversión.

Con lo anterior, queda claro que adquirir vinos en Primeurs es una buena forma de asegurar una inversión con un bien tangible y de fácil transmisión.

Una de las claves de en Primeurs es la revalorización de los vinos que se presentan. De hecho, el sector del vino es uno de los refugios de inversión más atractivos a nivel mundial, ya que el riesgo se reduce sustancialmente en comparación con las inversiones en el mercado de valores. Se podría decir que, para un coleccionista, adquirir vinos en Primeurs es una forma de conseguir mayores beneficios que con inversiones tradicionales.

En la venta a la avanzada de Burdeos se invierten grandes cantidades de dinero. Durante aproximadamente mes y medio se mueven cerca de dos mil millones de euros en la compra de estos vinos. Petrus, Le Pin, La Fleur, Mouton Rothschild, Lafite Rothschild, Latour, Margaux, Haut-Brion, Ausone y Cheval Blanc son algunos de los grandes vinos que nunca fallan a esta cita.

Y ¿cómo reacciona el valor de estos vinos en tiempos de incertidumbre?

La tendencia dice que se suelen revalorizar y que es un tipo de inversión muy estable. En los últimos 20 años, el promedio anual es de entre un 4% y un 8% de crecimiento. El precio de un vino puede mantenerse estable, pero es muy raro que un vino baje de precio.

En el futuro próximo, y más allá de la incertidumbre, las marcas de lujo también tendrán que adaptarse y averiguar cómo alinear sus valores y acciones con los de la próxima generación de consumidores. En la práctica, esto significa comprometerse a actuar de forma sostenible, cosa que, por otro lado, ya se está haciendo en la mayoría de bodegas, en lo que a Grandes Vinos se refiere. Y eso significa entrar en un proceso más difícil, complejo y costoso que el actual y, por lo tanto, une menor producción para mantener el nivel alto de calidad. Eso impactará al precio y la deseabilidad del vino, aunque, en resumen, nos lleva a la misma tendencia: beber menos, pero mejor.

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