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Glenfarclas: 6 décadas de whisky
LA SÓLIDA REVALORIZACIÓN DE UN WHISKY FAMILIAR
En un mundo global, quedan pocas destilerías que sigan siendo independientes y en manos de la misma familia. Glenfarclas es una de ellas, y esta colección de 6 décadas de whisky es la mejor manera de adentrarse en los vestigios de un tiempo que se mantiene, firme, como David frente a Goliat.
La sólida revalorización del whisky en el mercado convierte a esta colección en una muy deseable adquisición que a la vez forma parte de una reserva de whiskies inigualable. Disfrútela o guárdela, pero no se quede sin una de estas exclusivas botellas.
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LA EDAD COMO ACTIVO DIFERENCIADOR
Familia, tiempo y edad permiten a Glenfarclas ser poseedora de otro valor diferencial que la convierten en una rara avis: mientras otras destilerías han de lanzar innumerables ediciones sin indicación de edad, la familia Grant puede presumir de una envidiable gama de whiskies de malta de 10, 12, 15, 17, 21, 25, 30 y 40 años. Las últimas ocho décadas, concentradas en una colección inimitable.
¿Cómo lo han logrado? Es fácil de resumir, pero complicado de lograr. En la década de 1950, el abuelo de George Grant, actual propietario, tuvo claro que para mantenerse como empresa independiente era necesario reducir las ventas a mezcladores, empezar a establecer reservas y producir más botellas bajo la marca de Glenfarclas. Por entonces, más del 96% de la producción se vendía a mezcladores.
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Una lenta pero imparable revolución
Se inició una lenta pero imparable revolución que permitió sortear las consecuencias de una profunda crisis en el sector durante los años 80. Y así, en los 90, salir reforzada y atesorar una reserva de whisky como pocas existen en el mundo actualmente. Ahora puede acceder a ella de la mano de Glenfarclas Family Casks en una Venta Privada que le ofrece ventajas de compra, revaloración a futuro y, por supuesto, la promesa de un absoluto disfrute tan pronto vierta el whisky en la copa. En su mano está.
Seis generaciones y un mismo lugar
Rodeada de campos de cultivo abiertos bajo las áridas laderas jorobadas de Ben Rinnes, en Speyside, Glenfarclas puede parecer que no es lugar para elaborar whisky. Desde la distancia parece más una granja que una destilería y —de hecho— durante gran parte de su historia la granja fue más importante que el whisky: cuando John Grant compró la propiedad en 1865, el whisky era un proyecto secundario y siguió siéndolo durante años. Más de un siglo y medio después las tornas han cambiado, y las raíces granjeras han dado paso una las marcas de whisky más sólidas del mundo y de ideas claras: mantenerse independiente y familiar.
